Terminado ya todo el ajetreo y vaivenes que significó el paro por 4 días que participaron algunos cañetanos, es necesario hacer un balance para ver qué se hizo bien y qué mal, así como las reflexiones –que desde nuestro modesto punto de vista- planteamos.
En primer lugar debemos enfatizar que –una vez más- no ha sido un paro en el que participaron TODOS los CAÑETANOS. La convocatoria del Frente de Defensa de los Intereses de Cañete fue PARO PROVINCIAL, sin embargo acataron decididamente los pobladores de los distritos de San Vicente, San Luís, Cerro Azul, Imperial y Nuevo Imperial. Lo de Quilmaná no se puede tomar en cuenta porque no tuvieron cómo llegar hasta San Vicente, salvo honrosas excepciones.
Ni pobladores de Chilca, San Antonio, Santa Cruz de Flores, Calango, Mala, Asia, Coayllo, Lunahuaná, Pacarán y Zuñiga participaron activamente.
Al bloquearse las vías de comunicación, tontamente impidieron que los pobladores pudieran asistir a las movilizaciones, y se vieron obligados a no hacer nada. El que los transportistas hayan participado activamente de los días de paro fue más bien un impedimento para que la gente pueda desplazarse.
Los organizadores dijeron que el paro era total ya que no atendían en los mercados, pero habrá que ser sinceros y reflexionar sobre el particular ya que los comerciantes prácticamente fueron conminados a no atender ya que los de construcción civil irían a obligarlos a cerrar sus puestos, como así fue en algunos casos, no hay porque ocultarlo.
También no hubo clases ya que los padres tenían temor a la reacción de los integrantes de construcción civil y porque no había como trasladarse de un lugar a otro. Lo mismo pasó con los profesores que fueron a firmar a sus colegios pero al no haber alumnos a quienes dictar las clases optaron por retirarse a sus casas, ya que fueron pocos los que participaron de las movilizaciones.
Cabe objetar a los dirigentes del SUTEP, que salieron por los medios de comunicación señalando que habían “bajado a las bases” para coordinar acciones y plegarse al paro, pero ni a ellos mismos se los vio unidos.
Los primeros días las cosas fueron tibias, con poca gente participando en las calles, al tercer día entendieron que no debían bloquear las vías internas y dejar que pase la gente, eso permitió que una gran masa pudiera desplazarse hasta la nueva panamericana sur y ser bloqueada.
Los medios de comunicación cumplieron un rol importante en todo el desarrollo de esta protesta. Pero habría que hacer un alto y decir lo siguiente: no todos coincidían ni apuntaban a un mismo objetivo ya que se dividieron totalmente. Unos que se oponían rotundamente al paro y llegaron hasta el insulto a quienes sí lo apoyaban. Otros que lo difundían pero con mensajes destructivos y nocivos ya que alentaban a la violencia y también insultaban a quienes no pensaban como ellos. Y los otros que apoyaban también pero que eran más mesurados y deploraban los actos vandálicos, nunca se quedaron callados a pesar de los insultos que recibían por parte de los extremistas, esto quedó claramente notorio y la población se ha dado cuenta claramente quién es quién.
Ah una cosa más en este punto. Destacable la participación de la población no solo participando en las marchas sino también convirtiéndose en “reporteros ciudadanos”, ya que al haberse desplazado por diversos lugares servían como colaboradores de los medios que transmitieron en directo todo el proceso.
No podemos dejar de mencionar que también los blogs y el facebook cumplieron un rol importante acá ya que muchos –sin ser periodistas- tomaban fotos y las colgaban en sus medios virtuales para que la población esté mejor informada. Fueron un gran aporte para los mismos medios de comunicación que los tomaban como fuentes de información.
Sobre el rol de las autoridades de los gobiernos regionales y locales podemos señalar que hicieron lo que estuvo a su alcance. Pese a la amenaza que pesa sobre ellos de no poder encabezar marchas, estuvieron ahí como ciudadanos comunes y corrientes como la incansable Zulma Matumay de Nuevo Imperial, como Celestino Yactayo Villalobos de Quilmaná, como Eddy del Mazo Tello de Imperial, como Delia Solórzano Carrión de San Luís y de la propia alcaldesa provincial María Montoya Conde. Y no podemos mezquinar la participación de los alcaldes de Coayllo, Jaime Vega Ortiz y Luís Jara Conislla de Lunahuaná, a quienes se les vio un día pero al menos participaron.
Pero las autoridades municipales como regionales estuvieron permanentemente preocupados por buscar la solución al problema, a pesar de las críticas de los extremistas que hasta llegaron a descalificarlos como voceros.
Hubieron hechos y sucesos que sucedieron tras bambalinas que no todos lo saben pero que tampoco lo reconocerán, y solo quedará en los protagonistas la tranquilidad de que contribuyeron en que las demandas del pueblo cañetano se hicieran respetar.
Por ejemplo, pocos conocían que Susana Baca intercedió ante los altos funcionarios del gobierno central para que atiendan a nuestras autoridades, siendo muy bien acompañada por Antonio Quispe Rivadeneira, ex alcalde de San Luís y actual asesor de la ministra de la Cultura.
Como no reconocer la importante y gravitante intervención del Obispo de Cañete, Ricardo García García, que interpuso sus buenos oficios para que la mesa de diálogo entre los dirigentes cañetanos y funcionarios limeños pueda ser fructífera.
Sin embargo no todo fue color de rosa, no era de menos, se estaba luchando por hacer prevalecer nuestra posición de no permitir que se coloque ni un ladrillo más en el penal de Cantera, so pretexto de la remodelación.
La sangre tuvo que llegar al río, con la muerte de Pierre Gonzáles Arias, para que el testarudo Jefe del INPE entendiera el mensaje de los cañetanos y al final se firme el acta en que aceptan no construir nada más, él había declarado hasta la saciedad que no retrocederían en sus intenciones ya que –inclusive- había un ganador del proceso para la construcción de la ampliación del penal y tenían que firmar sí o sí con ellos. Algunos mal pensados se preguntaban ¿por qué tanto interés en defender ese negocio?
No todos compartirán lo que acá escribimos, seguramente, pero hoy como ayer no podemos quedarnos callados y decir clara y objetivamente lo que pensamos y lo que en realidad hemos visto y vivido en estos días en que un sector de cañetanos se unió para hacer respetar sus demandas.
Nota aparte merece el caso del mártir de Cañete Pierre Gonzáles Arias, quien fue asesinado por la cobarde acción de algún mal efectivo policial, que no hacía más que cumplir con la insana orden de atacar con arma de fuego a los manifestantes, lo que ocasionó dejarlo mal herido y su posterior deceso.
También en este balance habrá que dejar sentada nuestra más enérgica protesta contra los efectivos policiales que atacaron cobardemente a los periodistas cañetanos que cubrían los sucesos, no solo rompiéndoles sus equipos de trabajo o decomisándolos sino por la golpiza que les dieron a varios de ellos. Ya los gremios se han pronunciado y se ha hecho saber que mañana se entrevistarán con un congresista para alcanzarle las pruebas irrefutables del atentado contra la vida de los hombres de prensa y exigir que desde el congreso se habrá las investigaciones debidas y se sancione al responsable de permitir tamaño abuso.
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