Parece
un titular exagerado, pero es una triste realidad. Cualquier persona lo puede
comprobar al observar a su alrededor. En las redes sociales, notas
periodísticas, trabajos universitarios y hasta en logotipos de instituciones
públicas, están presentes los errores ortográficos y son tan frecuentes que
hasta pasan desapercibidos.
Todo
parece que “hemos perdido la vergüenza de escribir mal”, tal como lo dice el
profesor y periodista Jesús Raymundo, con quien conversamos al finalizar uno de
sus talleres de redacción y estilo, en el Instituto Raúl Porras Barrenechea.
Ray,
como lo llaman sus amigos, es profesor de redacción hace 15 años y en los
últimos meses emprendió el reto de enseñar a través de las redes sociales. Su
grupo en Facebook, Taller de redacción y estilo, tiene más de 2 000 seguidores
y se está convirtiendo en el dolor de cabeza de algunas personas.
Es
que nadie se salva cuando se trata de escribir mal y eso queda evidenciado en
los ejemplos que se publican el muro de su grupo. Desde errores ortográficos
hasta estilos que han caído en desuso y que todavía se usan en titulares, se
convierten en material de estudio que sirve para aprender algo nuevo cada día.
Todos
no piensan de la misma forma, pues Raymundo dice que desde la creación de su
grupo en Facebook, hay personas que le agradecen la contribución y otras que le
reclaman que expongan sus errores. “Editores y directores”, nos cuenta, se han
tomado el trabajo de escribirle por inbox y pedirle que retire las
publicaciones que hacen referencia a sus medios.
Para
este profesor, de la Universidad Privada del Norte (UPN), esa actitud refleja
una barrera muy común entre muchos profesionales, quienes piensan que por su
experiencia ya no tienen nada más que aprender. La ortografía cambia con el
tiempo y es obligación de los redactores estar actualizados, sea de la
profesión que fueren.
El
caso de los medios de comunicación es clamoroso, en especial de los medios
digitales, que en su mayoría no tienen la ayuda de correctores y donde los
errores son evidentes, pero tal como lo dice Raymundo, los medios solo son el
reflejo de cómo escribe y expresan los ciudadanos.
“Se
minimiza la importancia de la correcta escritura, pues se piensa que el mensaje
se va a comprender igual o que el lector no es muy exigente”, explicó.
Debemos
decir que este medio digital también ha sido desnudado en el Facebook de Taller
de redacción y estilo, algo que nos alecciona y nos obliga a ser más cuidadosos
con nuestro trabajo.
Para
Raymundo, la poca exigencia familiar y educativa contribuye a formar malos
redactores, pero esa realidad puede ser revertida con el autoaprendizaje. “No
existe un taller o carrera específica que resuelva todas tus dudas a la hora de
escribir. Se aprende corrigiendo y revisando”, aseguró.
Mejorar
nuestros escritos es una decisión personal. Para ello, el también fundador de
la empresa Artífice Comunicadores (AC) recomienda empezar por revisar la
información que hay en internet sobre reglas de estilo. Una fuente de consulta
segura es el diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Otro
paso para acostumbrarnos a escribir bien, es practicar en las redes sociales
donde el lenguaje es informal y muchas veces no se respeta la ortografía. Para
nuestro entrevistado eso es un gran error porque estos espacios nos exponen y
definen nuestra marca personal.
Antes
de terminar nuestra conversación, Raymundo pone énfasis en la importancia de
ser humilde y compartir los conocimientos. Nos puso como ejemplo el caso de la
correctora de AC, quien fue su alumna de ortografía y ahora le corrige sus
textos.
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