Por: Andrea Moncada- semanaeconomica.com
La
Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, el Estudio
Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) y el Ministerio de Agricultura (Minagri)
ya han adelantado que es probable el arribo del fenómeno de La Niña en los
próximos meses de este año. Para el Minagri, La Niña llegaría entre setiembre y
octubre.
El
fenómeno de La Niña, a diferencia de El Niño, es una onda de agua fría que
genera temperaturas bajas, especialmente en las zonas altoandinas. ¿Qué efectos
podría tener sobre la agricultura nacional?
SIN
PELIGRO PARA LA COSTA
La
reducción en dos grados centígrados de la temperatura del agua “no va a afectar
a los cultivos de la costa”, indica Ángel Manero, consultor de Agronegocios.
“Ahora la costa tiene menos desiertos, tiene más vegetación y más población.
Estas condiciones hacen a los cultivos más resistentes a las variaciones en el
agua del mar”, sostiene.
Los
cultivos sin afectar incluyen a los espárragos, la palta, los cítricos, los
mangos, las uvas y los ajíes. Incluso, “un ligero descenso en la temperatura
favorece la floración en estos casos”, sostiene Manero. Jorge Alvarado, gerente
de riesgos de Agrobanco, coincide: “Los cultivos que no van a tener problemas
son la palta, la vid, los manzanos, la quinua costera, y los espárragos. Su
sembranza se puede aclimatar al frío, si es que éste llega”, señala.
Los
cultivos que sí podrían verse afectados son el maíz, la caña de azúcar, el
limón, el banano y la papa costera, según Alvarado. Sin embargo, el gerente
indica que ya se han establecido mecanismos de mitigación. “Según la intensidad
de La Niña vemos cómo afecta el periodo de la cosecha y se incluye en los
plazos”. Los mecanismos de mitigación pueden ser estimulantes hormonales. “Por
ejemplo, la uva se puede colorear mucho más y deja de ser atractivo para el
mercado, pero con tratamientos puedes retener esto y extraer un buen producto”,
explica. Alvarado sostiene que La Niña podría significar un mayor gasto, pero
que dadas las condiciones de rentabilidad de las exportaciones, el mayor gasto
se toma dentro del costo.
Incluso,
la fruta de mesa podría verse beneficiada porque la reducción en la temperatura
significaría una menor presencia de enfermedades. “La baja temperatura
significa una menor humedad ambiental en la costa, por lo que se podría reducir
el oídio, que ocurre en la uva de mesa”, sostiene Carlos Gana, subgerente de
estudios de Anasac, una agroindustrial chilena.
MÁS
FRIO Y MENOS LLUVIA
La
Niña sí generaría condiciones adversas al agro en la sierra, de acuerdo a los
especialistas consultados, y al mismo ministro de Agricultura, Juan Benites.
“En la costa nos tocará un invierno como el que no tenemos hace algunos años,
lo cual no vendrá mal, pero nos complica en la parte alta [andina] porque
generará nevadas extremas y granizada”, expresó Benites al abordar los impactos
de este fenómeno climático.
Aparte
de la reducción en la temperatura, “La Niña también generará menos lluvias en
la sierra y podría impactar a la quinua y el trigo”, señala Manero. Sin
embargo, el consultor remarca que las previsiones que se tendrían que tomar
frente a La Niña ya se tienen que tomar de manera permanente. “Se está
volviendo cada vez más inviable hacer agricultura sólo con lluvias. El agua
tiene que estar segura”, sostiene.
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