Carta desesperada a una hembrita media dificil.

CRONICAS DE RESACA, presenta:
Carta desesperada a una hembrita media dificil

Todavía nostálgico por el último fin de semana en abandono, pienso en qué demonios debo escribir para qué – de una vez por todas – me creas. No soy quién, para dar lecciones de vida pero, CRÉEME, dormir solita y haber estado con personas equivocadas parece empezar a perjudicar seriamente tu salud. Pero antes de seguir quiero que me hagas una promesa: que, luego de leer esto, intentes ser exclusivamente sincera, ok?
Voy a suponer que lo haz prometido. Ahí voy: no te enojes, pero aunque no lo parezca, desde hace algún tiempo creo que haz adoptado poses que no te pertenecen. Si; leíste bien: poses. Y no me refiero al sinnúmero de formas que puede optar uno en la cama, sino más bien al de chica dark. Entiende, de una vez, que no eres la Kill Bill de la historia. Por más que lo intentes y pongas cara de treinta por cuarenta no das miedo, ni inspiras respeto, mucho menos pareces mala. No necesitas ser otra para parecerlo.

Me imagino que deberías escucharte al hablar de tu sobrina. O verte jugando al absurdo gato y ratón. O de pronto, chequearte en el éxtasis al recordar a los nada memorables transformes ( así se escribe, no?)... esa eres tú. Recuérdalo.

Hace unos días escuché algo que me marcaría. “Por ser así, terminaron conmigo”, dijiste. Te referías a que no debo ser tan insistente cuando te llamo o envío mensajes de texto. Sabes, cuánto - una persona enamorada - daría por saber de su pareja todo el día? … pueda que sea exagerado pero un mensaje o una llamada de quién te gusta, quieres o amas, jamás te va joder. Nunca.

Te computas autosuficiente y eso está bien. Pero, acaso no te das cuenta que te excedes. No creo justo mirar feo a quien, sin mucho éxito, intenta abrirte la puerta, cederte el asiento o servirte más vino. No creo que así funcione. Tienes todo para escoger el novio que quieras y te sigues aferrando al peor. Sweetie, eso no es inteligente, ni siquiera razonable, puedo jurar por la santa Cruz de Motupe, que tampoco amor.

Me lo imagino llevándote a tomar tecitos con biscotelas para contarte su última hazaña publicada en la aburrida revista para la que escribe, a un huevainas con cara de empleado del mes marlonbrandeado en tu imaginación. O, ambos escuchando en su habitación el disco de cantos gregorianos después de hacerlo. Pero también, me lo alucino tan poco hombre como para saber retener una mujer como tú. Pareciera escucharlo diciéndote: no me llames, no me escribas, no me busques. Choteándote cual empleada del hogar porque te nota enamorada. Si buscas alguien así, no nos llames, te llamamos. Estoy escribiendo piedras. Por las huevas.

Yo escucho Néctar. Puedo haber almorzado con presidentes y siempre seré el mismo huevón que regresa por su plato de tres lucas a la tía de la chanfaina, en Canevaro. Soy de los que intenta ser amables, aunque no haya mucho que dar. Me he prohibido invitar a tomar un café sino siempre chelas. Puedo hospedarme en el Marriot o en esa mierda en la que estuve en Huancavelica. Puedo parecer todo lo frívolo y pendejo que quieras. Eso si, de lo único que puedes estar segura es que soy bien hombrecito para decirte absolutamente todo. Todo. Para mi la diplomacia es prima hermana de la hipocresía, sonreir por cumplir, no va. No corre.

Ese soy yo. Así me han querido. Quiero pensar que así, alguien me querrá. Y lo único que ahora me inspira estar frente a la pc es saber – de una buena vez - que piensas tú.
Dime algo, lo que sea: Eres feo, no me gustan los periodistas, tengo alergia a tu frazada, no me agradan tus besos, me llegan al rechopin tus llamadas. No sé. Lo que sea, pero quiero una respuesta razonable para ese sonoro: No puede ser, que me dijiste. Una mujer como tú no se encuentre a cada rato y quiero saber que pasará. Exijo una explicación. PLOP.