Cerraron lo centros de abastos y las tiendas, en los colegios no hubo clases, las empresas de transportes no brindaron sus servicios, se bloquearon pistas y carreteras. Todo parecía indicar que el “famoso” Paro de 24 horas por la dignidad de Cañete era un éxito.
Pero, en las calles se escuchaba el malestar de algunas personas que prácticamente fueron obligadas a “acatar” debido al temor que generaban ciertos integrantes de construcción civil que se la emprendieron contra quienes querían trabajar libremente.
Y es que –en el caso de San Vicente- patearon las puertas de acceso al Mercadillo donde había gente trabajando normalmente obligándolos prácticamente a cerrar sus puestos, más por miedo y seguridad que por convicción de unirse al paro.
Otro fue el caso del servicio de transporte. Las diversas empresas enviaron a sus vehículos a cerrar algunas vías de comunicación para que nadie pase. Obligadamente varios no pudieron acudir a sus centros de labores porque no había como hacerlo, especialmente de zonas alejadas como Quilmaná o Nuevo Imperial o de Cerro Azul, las personas de dichos distritos no fueron a sus centros de labores , no porque acataban el paro sino porque no había forma de llegar.
En los colegios no hubo clases, no porque los profesores se plegaron al paro, sino porque los padres por medida de seguridad no enviaron a sus hijos. Los profesores no tenían alumnos a quines enseñar, por lo que algunos –solo algunos- optaron por apoyar la marcha y otros se fueron a sus casas.
Mientras tanto en las calles de San Vicente grupos de personas representantes de algunas instituciones gremiales y gente común y corriente participaban de una marcha lanzando arengas y portando pancartas, mostrando su indignación por temas de la sede regional o de los límites, mientras que otros denunciaban los actos de corrupción, un verdadero sancochado.
Luego se concentraron en la plaza de armas de San Vicente. Muchos pensaban que se iba a llenar de bote a bote, pero realmente no fue así. Los organizadores disimulaban su poca capacidad de convocatoria con peroratas que solo llamaban a exacerbar los ánimos y lanzar frases que alentaban al chauvinismo o de denunciar a la corrupción.
Lo más lamentable y lo que generó el rechazo de muchos fue la cobarde actitud que tuvieron los integrantes de construcción civil contra la alcaldesa provincial María Montoya y de algunas personas que lanzaban frases ofensivas contra ella.
En el colmo de la cobardía y desfachatez arrojaron huevos hacia las paredes del palacio municipal. Acá cabe preguntar lo siguiente, si esto era una marcha por la dignidad de Cañete y donde los cañetanos debíamos mantenernos mas unidos que nunca porque atacar a la alcaldesa provincial? Acaso fue premeditado lo del lanzamiento de huevos? Quién o quiénes fueron de la idea de llevar huevos a la marcha? Fue algo premeditado?, tantas inquietudes que alguien tiene que asumirlas y responder, ya que no van a decir “no sé”, “eso no lo hicimos nosotros” , son capaces de decir que hubieron infiltrados.
Una verdadera vergüenza cuando lanzaban insultos a la alcaldesa provincial al pretender hacer uso de la palabra ante quienes se encontraban en la plaza de armas, le dijeron de todo. Cerca, muy cerca estuvieron sus familiares, uno de sus hijos y hermanas que preocupados miraban el momento hostil por la que era sometida la profesora María y no podían hacer nada por protegerla.
Pero no contentos con insultar a la alcaldesa provincial , un grupo se las emprendió contra el alcalde de Cerro Azul, Hugo Rivas a quien calificaban como traidor. ¿Para eso fueron las autoridades? ¿para recibir insultos? Y ¿la unión de los cañetanos? Y ¿dónde están quienes aman a Cañete y desprecian a sus autoridades?, claro que no fueron todos, pero fue un triste espectáculo el ver como la alcaldesa se trasladó de nuevo al palacio municipal protegida por los escudos de los policías ante el tumulto y los gritos de quienes mostraban su desprecio hacia ella.
Por supuesto que en esta marcha no faltaron los figuretis de siempre, aquellos que a como de lugar quieren salir en las fotos para luego salir a decir en campaña sus cansadas y trilladas frases “yo estuve en las calles, yo estuve en las luchas, yo si quiero a mi Cañete, yo, yo y yo”.
Pero hay que destacar a quienes si salieron por convicción, por ese amor a esta tierra que los vio nacer o los acogió y la sienten como suya.
En los municipios provincial y distritales de San Luís, Imperial y Nuevo Imperial no hubo atención todo el día en señal de respaldo al paro provincial, inclusive los alcaldes de esos distritos asistieron a la marcha con sus trabajadores que marcharon por las calles de San Vicente.
Al cierre de la presente edición corrió como reguero de pólvora una nota que señalaba que la presidenta del mercadillo de San Vicente habría denunciado en horas de la tarde de ayer a quienes promovieron el paro debido a lo que hicieron en sus instalaciones cuando se dirigieron para impedir que continúen atendiendo al público.
Finalmente, nos volvemos a preguntar ¿fue exitoso el paro “por la dignidad de Cañete”?.
1 comentario:
Loable tu imparcialidad al publicar las niticias Vitor Hugo.
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