Pokémon Go

Diario digital Buenos días Cañete 18 abril 2024

DESDE CAÑETE PARA EL MUNDO

jueves, 6 de diciembre de 2007

UN VUELO POR AMOR

LA PAGINA DE ANTONIO RUIZ:

UN VUELO POR AMOR
La emigración es un fenómeno histórico.
Un conjunto de factores, preferentemente económicos, impulsan a las personas a dejar su país, y dirigirse a otro, con el ánimo de permanecer en él, aún cuando también la realidad nos muestra que pueblos enteros se han visto forzados a dejar sus países por razones político-sociales, catástrofes naturales etc.
Comúnmente, la gente “huye” de su país, por el deterioro de las condiciones de vida. Gobiernos corruptos no otorgan seguridades a sus connacionales, no ejecutan programas de bien social que les asegure una supervivencia digna.
Bajo esta realidad, muchos optan por dirigirse al país del norte porque allí encontrarán trabajo, paga en dólares; aún con todos los riesgos que esto significa.
La gente se las ingenia para cruzar las fronteras; y una vez llegados, se establecen en casas de familiares, amigos, etc. En este salto de un país a otro, ingresan al complejo fenómeno de la inmigración, y en la que han de pasar por una serie de personalísimas vivencias, que van desde el recuerdo, la nostalgia, el extrañar a la familia, las dificultades para obtener los documentos que les permita trabajar; la “pérdida” de su identidad, marginaciones, vejaciones, y otras acciones que maltratan su ser.
Primando lo económico, es difícil encontrar un tipo de razón diferente. Sin embargo en una conversación que tuve con una dama me confesó, que élla emigró de su país por “razones de amor”.
Una emigración atípica, salpicada de arrojo y sentimentalismo.
Habiendo emigrado su novio, primero, y habiéndose establecido en una ciudad, y obtenido trabajo, en sendas cartas y conversaciones telefónicas la alentó para que se venga a efecto de casarse. La vida amorosa mantenida por los dos en México, había generado en éllos, un sentimiento fuerte, capaz de romper fronteras. Fue así que usando al mismo “coyote” que trajo a su novio, logró el cruce por un sector de la frontera , y en una ciudad determinada lograron encontrarse.
Establecidos en una ciudad, alquilaron un cuarto en una casa, la novia emigrante, poco a poco se fué metiendo en el proceso sufriendo las vivencias propias de un extraño en tierra ajena. Mientras el novio trabajaba, ella se quedaba en el cuarto preparando la comida y realizando las tareas propias de hogar.
Ella, día a día, fue dándose cuenta lo que significaba estar en este país.
Las necesidades de alimentación, pago de renta, compra de ropa, la presencia de los “biles” (facturas) y otras obligaciones, la impulsaron a trabajar para ayudar a pagarlos.
Lo que para ella significó en un primer instante un paseo o una aventura para encontrarse con el ser amado, se constituyó en el idéntico quehacer de quien viene motivado por la razón económica. La razón poco común de esta emigrante, se convirtió en algo duro; y es que en este fenómeno complejo, tan dinámico, tan exigente, nadie se libra de tener que someterse a la necesidad de trabajar . Inmersos en esta nueva exigencia maduraron sus sentimientos. Por tiempo laboraban en dos “jales” ( trabajos) lo que les permitió adquirir otro carro para poder trasladarse cada cual a su centro laboral; y lograron alquilar una casita.
Mejoraron sus calidades de vida. Los Domingos asistían a una Iglesia Cristiana, y allí, decidieron formalizar sus relaciones; es decir, casarse. Y fue así que bajo la bendición de su Pastor juraron su amor ante Dios.
Han pasado ocho años de esa llegada de la inmigrante enamorada. Jamás han tenido un “tícket”( multa) por infracción de tránsito. Con su esposo forman un hogar respetable y respetado; son creyentes y respetan las leyes y autoridades de esta localidad donde viven. Están sanos, se cuidan. A par de cumplir con algunas remesas para sus familiares de México, tienen sus ahorros y viven con cierta comodidad. Sus cosas de familias las planean en forma conjunta y es evidente que saben lo que quieren… Ahora, mucho más, porque tienen un hijo que es la fuerza motriz que los impulsa a luchar, y el nudo que los ata; y, caminan con fe en las promesas del Supremo Hacedor. Así, demuestran que ¡SI SE PUEDE ¡ cuando hay amor, que el amor rompe barreras.

Invierno del 2007
Wisconsin USA.
Nota: Este artículo fue publicado en el periódico LA VOZ DE BELOIT, de Wisconsin donde Antonio Ruiz es colaborador.

No hay comentarios: